Segundas oportunidades en libertad.
Francisco Javier comenzó a trabajar a los 13 años en una pollería. Ese fue el inicio de una larga trayectoria profesional: construcción, distribución, mensajería, feriante… Durante dos años estuvo en el Ejército y durante tres cometió “una equivocación”. Esa equivocación le llevó a pasar por prisión. Hoy su mirada transmite ilusión y trabaja con tesón en su reinserción en el mundo laboral. “Tengo muchas ganas de trabajar y mucho que ofrecer”, resalta.
Él es solo una de las 15 personas que, tras su paso por prisión, asisten a diversas formaciones con el fin de aprender nuevas herramientas para enfrentarse a ese mundo del que, por un tiempo, estuvieron privadas.
La creencia del empleo como pilar central de la inclusión social llevó en 2015 a la Fundación Integra y Bankia a lanzar el programa “Un futuro en libertad” que ha permitido a 30 personas reclusas y exreclusas de Madrid y Valencia participar en un completo programa de formación teórico-práctico para aumentar sus posibilidades de encontrar un empleo digno.
A través de entrevistas personales realizadas por técnicos de empleo, se analiza el grado de empleabilidad de los beneficiarios y se plantea un itinerario formativo en áreas tan diversas como motivación y actitud, habilidades sociales, conocimiento de las nuevas tecnologías de la información, etc.
En la convocatoria del año pasado 15 participantes fueron contratados en empresas del ámbito de los servicios, comercio y hostelería, principalmente.
Aquellos beneficiarios que no lograron un empleo, continúan formando parte del programa de intermediación laboral con objeto de conseguir un trabajo acorde a su perfil profesional, intereses y experiencia laboral.
David Menéndez, director de Responsabilidad Social Corporativa en Bankia, resalta el talante del colectivo: “Estas personas encarnan con actitud lo importante que es valorar las pequeñas cosas: el tener un techo, un trabajo, poder comer, etc. Tener una segunda oportunidad para recuperar el control de su vida y apoyarles en su nueva oportunidad es muy importante”.
Personas como Francisco Javier ya han cumplido su pena de cárcel, pero cuando salen de prisión, muchos de ellos no tienen el apoyo familiar y solo a través del trabajo pueden recuperar su vida e independencia.
Trabajo integral con la persona
“Nuestro objetivo primordial es la recuperación integral de la persona, conseguir que vuelva a sentirse merecedora del respeto de los demás y de esta manera, sentirse un miembro más de la sociedad”, explica Raquel Rubio, responsable de Comunicación de la Fundación Integra. La entidad trabaja estrechamente con ONG’s e instituciones sociales, que focalizan su actividad en este colectivo, y compañías que ofrecen una oportunidad laboral que permite su inserción en una empresa normalizada.
Desde la Fundación Integra y con el apoyo económico y de personas voluntarias que trabajan en Bankia, los exreclusos reciben formación y asesoramiento en, por ejemplo, cómo redactar un currículum y enfrentarse a una entrevista de trabajo.
Luis Sánchez, voluntario de Bankia, lleva dos años colaborando en este proyecto. “Estas personas tienen que trabajar en sus fortalezas, redactar un currículum con el que se sientan cómodas y seguras y no centrarse en los errores que han cometido”.
Luis transmite con entusiasmo sus explicaciones al grupo, les aconseja de forma personalizada en la información más relevante a compartir y les anima a ir seguros de sus competencias profesionales a la entrevista de trabajo. “Empatizas con la gente, conoces otras realidades muy diferentes y te ayuda a mantener los pies en el suelo”, explica Sánchez.
Lograr un empleo es solo uno de los eslabones que permitirá a personas como Francisco Javier retomar su vida y establecer metas en su proyecto vital donde el paso por prisión habrá servido como aprendizaje.
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