Fernando Mariscal, voluntario de Santalucía destaca la necesidad de actuar con el más desfavorecido lejos de estereotipos, con conciencia social y justicia..
Acaba de finalizar el proyecto que Fundación Integra y Santalucía, con la colaboración de Fundación Abracadabra, han llevado a cabo para mejorar la empleabilidad de 15 familias en exclusión social severa. Un proyecto que ha finalizado con 11 personas contratadas.
El voluntariado corporativo de los empleados de Santalucía y los talleres de magia han sido los rasgos innovadores de este proyecto. En total, 24 voluntarios han compartido su experiencia y su tiempo en la Escuela de Formación que ha permitido a los participantes desarrollar las habilidades socio-laborales necesarias para conseguir un empleo.
Fernando Mariscal, gerente de administración de personal de Santalucía, que ha participado en este proyecto, nos cuenta cómo ha sido su experiencia como voluntario para ofrecer su ayuda a un colectivo que “necesita todo su apoyo”. Mariscal cree que su aportación fundamental ha sido “compartir mi experiencia en materia específica buscando la cercanía y la complicidad contándoles todo aquello que les pudiera resultar importante y les preocupe”.
Mariscal asegura que participar en este proyecto como voluntario le ha aportado en lo profesional y en lo personal, destacando fundamentalmente el haber intentado aplicar los mismos criterios y las mismas actitudes que en los distintos ámbitos de la vida, “compartiendo lo que uno sabe en beneficio de quien lo recibe, reconociendo con naturalidad nuestro desconocimiento de muchas cosas”. Como reto, Mariscal se propuso hacer suya la misión de la Fundación y como recompensa “pensar que he puesto mi granito de arena” en dicha misión.
Mariscal confiesa que en ningún caso se han cumplido las ideas preconcebidas acerca del individualismo que se presupone que tienen las personas que sufren exclusión, puesto que toman conciencia de grupo, se ayudan y trabajan juntos, compartiendo objetivos comunes e ilusiones.
Para este voluntario es muy importante que desde las empresas se promuevan proyectos como estos, ya que “necesitas que la empresa te involucre” y así “te sientas acompañado en ayudar en algo a quienes el destino y la sociedad les ha privado de tanto y que merecen ser ayudados”.
Mariscal resume la experiencia como algo que aprendió hace muchos años: ”no hay mayor injusticia que tratar igual al desigual”, pero añade que “ante todo resulta gratificante cuando uno siente que actúa de manera justa, que hace lo que es debido con uno mismo y con los demás”.
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