Dificultades y Beneficios de la inserción laboral por Ana Muñoz de Dios.
«Todos merecemos una segunda oportunidad y la sociedad en su conjunto mejorará con ello. Merece la pena intentarlo».
Las sociedades modernas han de resolver un problema que ellas mismas han creado y que afecta a miles de personas en todo el mundo: la exclusión social. Entre las muchas actuaciones que hay que abordar para solucionar el problema, la integración laboral se presenta como la más importante para que la reinserción de los afectados sea efectiva y real.
De hecho, las personas que por diferentes circunstancias de la vida se han visto inmersos en algún tipo de exclusión social (cárcel, droga, maltrato, sin techo, etc.) se encuentran con muchas trabas a la hora de acceder al mercado laboral.
Son muchas las instituciones sociales, privadas y públicas, que desarrollan un gran trabajo previo a la reinserción laboral, mediante itinerarios de inclusión en los que se trabajan aspectos personales, sociales, culturales y preparación «ad hoc» para la recuperación de los colectivos de exclusión social. Es un duro y arduo camino el que hay que recorrer hasta que los afectados están preparados para enfrentarse de nuevo con una vida normalizada, momento que pasa indefectiblemente por la inserción laboral.
Ello supone un gran reto que en el caso de estas personas tiene dificultades añadidas como la baja cualificación; la escasa o nula experiencia; la baja autoestima, lo que les hace no confiar en ellos mismos y por tanto no transmitir confianza; la falta de habilidades sociales, por ejemplo a la hora de preparar el currículum o dirigirse a una empresa y entregarlo; afrontar una posible entrevista personal. Asimismo, en ocasiones su aspecto evidencia la vida que han llevado anteriormente, lo que no supone un punto a su favor según lo que la sociedad exige hoy en día.
A pesar de todo ello, la reinserción laboral es posible. Hay puestos de bajo perfil que no precisan de formación específica, ni si quiera de experiencia, perfectos para brindar una oportunidad a estas personas que pueden así comenzar una nueva vida. Se obtienen extraordinarios resultados, la experiencia de Fundación Integra así lo avala.
Tras la reinserción laboral estas personas recuperan su autoestima ya que se sienten útiles; retoman la dignidad y seguridad en sí mismos, no sólo en el desempeño de su trabajo sino en todos los ámbitos de su vida, así como las relaciones con la familia.Por otro lado, conforman un nuevo círculo de amigos, no procedentes del ámbito de exclusión y logran la autosuficiencia económica para salir adelante por sí mismos, sin depender de instituciones sociales o de la administración. Todo ello engloba un efecto positivo multiplicador en el entorno familiar y de exclusión.
Como hemos visto, son muchas las dificultades pero muchos y más gratificantes los beneficios. Todos merecemos una segunda oportunidad y la sociedad en su conjunto mejorará con ello. Merece la pena intentarlo.
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