Mujeres caminando hacia el empleo de la mano de Fundación Repsol y Fundación Integra.
Fundación Repsol y Fundación Integra, con la colaboración de Repsol, ponen en marcha por cuarto año consecutivo el proyecto Mujeres caminando hacia el empleo, de apoyo a la mejora de la calidad de vida de mujeres que han sufrido violencia de género.
Fundación Repsol y Fundación Integra, con la colaboración de Repsol, ponen en marcha por cuarto año consecutivo el proyecto Mujeres caminando hacia el empleo, de apoyo a la mejora de la calidad de vida de mujeres que han sufrido violencia de género.
El proyecto, que este año se desarrolla en Madrid, Tarragona, Coruña y Puertollano tiene como objetivo ayudar a 20 mujeres víctimas de malos tratos con perfil administrativo cualificado, a afrontar una nueva etapa en sus vidas a través de su incorporación a la vida profesional.
Con este proyecto se busca que las mujeres superen las secuelas y carencias provocadas por el maltrato, así como mejorar su autoestima y confianza en sí mismas y en sus posibilidades de encontrar un empleo que les permita sacar adelante a sus familias y empezar una nueva vida lejos de la violencia.
Para apoyarlas en sus procesos de búsqueda de empleo e integración laboral, durante seis meses las mujeres participan en un programa de formación integral, en el que se trabaja su empoderamiento y se exploran distintas vías de acceso a la vida profesional, incluyendo tanto el empleo por cuenta ajena como el autoempleo.
En el programa formativo colaboran empleados voluntarios de Repsol, que aportan su tiempo y experiencia a las participantes a través de varias sesiones de formación y orientación, en las que ayudan a las mujeres a poner en valor sus capacidades, a mejorar su autoestima, a crear grupos de apoyo y a ganar seguridad para afrontar con éxito su acceso al mundo laboral.
Al finalizar la formación, las mujeres beneficiarias tienen la oportunidad de realizar sus prácticas no laborales en distintas áreas del Grupo Repsol.
Esta iniciativa, que se inició como proyecto piloto en Madrid en 2014, ha beneficiado hasta el momento a más de 50 mujeres víctimas de malos tratos, que han tenido la oportunidad de empezar una nueva vida lejos de la violencia de género.
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