Fundación Integra participa en una jornada sobre violencia de género de los Cursos de Verano de El Escorial.
Fundación Integra ha participado en uno de los Cursos de Verano de la UCm junto a representantes de otras entidades sociales, expertos, y delegados del gobierno.
Fundación Integra, junto a representantes de otras entidades sociales, expertos, y delegados del gobierno, ha participado este lunes en uno de los Cursos de Verano que la Universidad Complutense de Madrid organiza en su sede de El Escorial. Durante esta jornada del curso, los participantes han podido reflexionar sobre el papel de la sociedad civil, las asociaciones y las fundaciones como agentes de construcción de una sociedad libre de violencia de género.
El curso, desarrollado en el Euroforum Felipe II de El Escorial los días 14, 15 y 16 de julio, ha sido patrocinado por el Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad bajo la dirección de Blanca Hernández Oliver, Delegada del Gobierno para la Violencia de Género. El objetivo del curso era dar respuesta a la pregunta “¿Qué puedo hacer yo?”, en referencia al grado y características de la implicación de la sociedad civil en la erradicación de la violencia de género.
Esta primera jornada ha contado con participación de Alicia Kaufmann, Catedrática de Sociología de las Organizaciones por la Universidad de Alcalá de Henares, Ana Muñoz de Dios, Directora General de Fundación Integra, Yolanda Besteiro, Presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, Carmen Quintanilla, Presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados y Teresa Palahí, Presidenta del Observatorio de Igualdad de Oportunidades de la ONCE y su Fundación.
Todas las participantes han destacado durante sus intervenciones la necesidad de fomentar una estrecha relación de cooperación entre los distintos agentes sociales, para acabar con la lacra social que supone la violencia de género en la sociedad. “Si quieres llegar rápido, ve sólo; si quieres llegar lejos, ve acompañado”. Con este proverbio argentino destacaba Hofmann la importancia de que los agentes sociales estén conectados. “Si toda esa red de agentes funciona sincronizada y con una visión conjunta, la lucha contra la violencia a la mujer irá hacia delante”, aseguró.
Esta perspectiva fue completada por Blanca Hernández, que puso el foco en el trabajo y el empeño de las asociaciones de hacer partícipes en la lucha a “las distintas partes de la sociedad”. “El asociacionismo ha ido remando para hacer a los poderes públicos conscientes de la imperativa necesidad de tomar partido en la erradicación de la violencia de género”, añadió.
Por su parte, Yolanda Besteiro destacó que “las asociaciones nacieron para reivindicar y exigir a los poderes públicos la visibilización del problema de la violencia de género. Después nos dimos cuenta de que se trataba de una problemática muy compleja, con muchas aristas, y que había que tocarlas todas para combatirla”.
Además de la coordinación entre las entidades sociales o los poderes públicos, las ponentes también abordaron con especial interés la necesaria atención a las mujeres víctimas de violencia de género. En esta línea, Ana Muñoz de Dios señaló la importancia de empoderar a las mujeres que han sufrido un pasado de violencia, y de acompañarlas en su proceso de recuperación de la independencia y la confianza.
“Necesitan ser apoyadas en el proceso de recuperación, para que puedan aflorar de nuevo sus capacidades y competencias, su confianza y autoestima, ya que el proceso de violencia las ha anulado como personas”. Muñoz de Dios también resaltó la cualidad del trabajo de ayudar a estas mujeres a recuperar su independencia económica y emocional. “El trabajo es la manera más eficaz de que las mujeres puedan salir del círculo de violencia, ya que les permite retomar sus vidas, sentirse autosuficientes y capaces de afrontar nuevos desafíos y proyectos personales”, concluyó.
Durante la jornada también se afrontaron cuestiones relacionadas con el marco legal que da cobertura a este problema social, y se identificaron algunos de los retos a los que todos los agentes sociales tendrán que hacer frente en el futuro, de forma coordinada, para erradicar la violencia de género.